¿POR QUÉ LLEGÓ EL STAND-UP COMEDY A RUSIA? – Sergio García

STAND UP VS CAPOEIRA/ ¿Por qué llegó el Stand-Up comedy en Español a Rusia?… ¡Por la Capoeira! Permíteme explicarlo. Mi nombre es Sergio García, soy colombiano y llevo viviendo en Moscú 10 años. Antes del covid, daba clases de esta arte marcial brasileña que incluye patadas, música y saltos mortales. Durante 6 años, enseñé Capoeira prácticamente todos los días, una diversión escasa más allá de la que me proporcionaba esta disciplina. Hablaba con mis alumnos en inglés, portugués, ruso y español, idiomas que aprendí viajando como competidor, alumno y entrenador. Ahora también hago shows de stand-up comedy en Rusia.

Pasaba mi tiempo con mi esposa y mis “discípulos”, socializando como el líder de una nueva secta en la que todos debían vestir ropa blanca, pelear sin golpearse mucho al ritmo de la música y atraer chicas mostrando torsos bien definidos. Una tarea complicada, pero sí, divertida a veces y siempre agotadora. La capoeira es mucho mejor. Fue así como conocí a mi esposa rusa, que era una de mis alumnas en Colombia. La Capoeira se asemeja un poco a la comedia stand up, ya que ambos requieren mostrar lo que uno tiene delante de todos, adrenalina y perder la vergüenza.

Mi esposa me llevó a visitar Moscú en verano. Desde que bajé del avión, me ofrecieron trabajo con la Capoeira, y a ella también. El metro es increíblemente limpio, todos llegan puntuales a pesar de vivir al otro lado de la ciudad. Nadie intentaba robarme, a diferencia de ciudades donde parezco un gringo despistado. Tengo rasgos rusos, pero soy más amable, incluso en el colegio me llamaban “ruso” por mi cabello al estilo Ivan Drago de Rocky 4. Moscú está lleno de mujeres hermosas, es como un jardín con muchas flores y uno, como latino, es una abeja feliz. Le dije a mi esposa que solo miraría y no tocaría, es cuestión de respeto, algo que me enseñaron en casa. Todo es tan hermoso aquí, ¿qué podría salir mal? Fue mi idea, pero nunca había experimentado un invierno ruso. Ya he sobrevivido a 10. Ahora soy otra persona, menos feliz y amable, pero más fuerte y resistente. Entrenaba en Bogotá metiendo la cabeza en el congelador, eso eran -3 grados centígrados, aquí llega hasta -30. Y hay semanas sin ver el sol. ¡Bonito!

Desde que llegué a Moscú, empecé a dar clases para todas las edades. Soportar a los niños tercos que apenas me entendían era todo un reto. Antes de las clases, solía escuchar comedia en inglés de Russell Peters, Bill Burr, Luis CK… Maestros que mejoraban mi estado de ánimo y me inspiraban a hacer chistes tontos en ruso o inglés para captar la atención de los más pequeños. Me volví adicto a estos videos y luego a los especiales de Netflix de Jim Jeffries, Joe Rogan, Tom Segura… Siempre en mis auriculares. Pensaba: “Quiero poder enfrentar los problemas con humor, más diversión y menos drama”.

Comencé a entender la estructura de un chiste: la preparación, el remate, el sentido del monólogo, el manejo de la audiencia… Empecé a anotar mis ideas, cosas divertidas que me habían pasado, y observaba a mi alrededor buscando inspiración. Ahora solo necesitaba un open mic en inglés, ya que mi ruso aún estaba crudo y no había nada en español por aquí, solo fiestas latinas o españolas, y estaba demasiado cansado para bailar.

PRIMER OPEN EN INGLÉS / Busqué con mi inglés un poco rudimentario hasta encontrar un open mic en un sótano que olía a humedad y alcohol. Llevaba un año escribiendo, pero decidí no hablar de memoria, sino contar una historia divertida de mis clases de Capoeira, cuando un niño me dijo: “¡Uy, ya te vas a morir!”, después de que le contara mi edad. Tenía 5 años, como mi hijo ahora. Una edad sin filtro. Tengo 41 años, pero me siento como de 36 después de tomar café. Todos se rieron, hice 3 minutos, me felicitaron y algunos comediantes amables me pidieron que volviera.

La segunda vez llegué confiado con mucho material memorizado, pero me adentré demasiado en traumas colombianos. Fue espantoso, pero entendí que el equilibrio estaba ahí, entre ser espontáneo y tener algunas líneas preparadas. Otro sótano con olor a humedad, un restaurante, bares… El agua goteaba de las paredes a veces, como si estuviera sudando nerviosa como los comediantes. Lo mejor de esta época fue un show con diez comediantes de siete países diferentes y 60 personas de 7 continentes en el público, una comedia muy diversa.

Incluso competí después de un año en el English Comedy Championship de “Steal the Show”, el único concurso de StandUp en inglés en Rusia. ¡Quedé tercero! El segundo llevaba 7 años y el primero era un famoso comediante sudafricano. No sé qué hacía allí, pero estaba escribiendo muchas horas al día y presentándome al menos 3 veces a la semana. Empezaron a respetarme y a contratarme para eventos grandes. Así me convertí en un semiprofesional en la comedia de Moscú en inglés.

PRIMER SHOW EN ESPAÑOL LUNES / El 3 de Agosto de 2020 hicimos el primer open mic en español en Rusia. Natalia Korchmarek, mi amiga y socia, habla fluidamente 6 idiomas y es periodista y comediante en ruso. “Yo me encargo de casi todo”, me dijo. Excelente, respondí, “Yo pongo el tumbao”. ¿Qué es eso? Me preguntó. Ya lo verás. Tenía mucho material, ahora a traducirlo. Los comediantes que conseguimos al principio tenían 3 o 4 minutos, a muchos no les entendíamos casi nada. Había pocas risas y muchas caras de ¿qué están diciendo?

Como presentador, pasaba hasta una hora traduciendo lo que me servía en inglés. Me burlaba de la gente sin irrespetar, herramientas que había visto en el stand up en inglés. Ahora, con la lengua más rápida y nativa, unía historias, improvisaba finales de los chistes y obtenía muchos aplausos y risas. Pinta muy bien. Los latinos descansaban las piernas ese día después de tanto bailar con las rusas… Bueno, nadie sabía nada. Les dije que contaran historias divertidas. Muchos repetían chistes viejos de tradición popular, yo me reía poco, pero había algunos con brillo en los ojos, les vi potencial.

PEOR QUE EL COVID / Hay veces que toca desacelerar. Todo iba muy bien, te emocionas y llega un laboratorio en Wuhan o un murciélago en celo a arruinar la diversión. En casa, cuidando al pequeño, no podía dictar clases de Capoeira ni hacer stand up. Virtualmente, puedes… No, qué asco, malísimo si no es en vivo. No siento conexión con el material ni con la gente. Unos meses de paciencia y escribir mucho. Luego, mi esposa se enfermó terriblemente de cáncer de seno, pero después de una tremenda lucha, mejoró. Igual fue un año espantoso, peor que el Corona.

Fue un año difícil, luego otro peor. Para sobrevivir al cáncer hay que ser muy fuerte, como Elena, mi rusa linda con la que me casé. Mi hijo al lado, pequeñito, llevaba sus 3 años rodeado de un gran caos. Lo protegemos de la mala onda, sigue feliz de alguna forma. Elena mejoró lentamente, nunca paró de trabajar, fue clave estar mega ocupada. Yo ayudaba como podía, la hacía reír. “El humor del tumor es triste, pero chistoso”, me decía ella cansada. Increíble hacer reír a alguien en ese estado. Leí en 4 idiomas que ella debía tomar tres litros de agua al día con la quimio. “Falta un litro”. Era la enferma más hidratada del hospital. Los expertos dicen que la curé, bueno, yo creo que sí.

STAND UP STORE / Natalia Korchmarek, mi amiga rusa con la que trabajo desde el principio, consiguió un show mensual en El StandUp Store de Moscú, el lugar perfecto para la comedia desde mi punto de vista semiprofesional. 140 sillas, sonido, luces, temperatura perfectos. Va la gente a ver comedia, el camerino parece una sala vip de spa. Los dueños son comediantes rusos famosos. Un show con un famosísimo que habla español vendió todas las entradas, nuestro primer sold out, 134 mujeres jóvenes guapas y 6 hombres todos intimidados. ¡Qué difícil concentrarse cuando hay una supermodelo en primera fila riéndose de nuestras barbaridades latinas!

Hacemos Open mics en diferentes restaurantes y bares buscando nuevos comediantes y probando material. Se vuelve casi siempre un desorden al final, baile, amigos, tragos… Es un open mic, yo los trato de motivar a todos para que escriban más. Ahí vamos…

Todo comenzaba a salir muy bien. Seguía haciendo algunos shows pagos en inglés, español y ruso. Luego, otro problema enorme. Que bombas atómicas, que no sé qué… Si se va a acabar el mundo, quiero estar con mi familia, pensé. Para entender bien este lío geopolítico, hay que estudiar mucho el tema, no solo ver noticias. ¿A quién creerle? Las opiniones están divididas. No soy experto, ¡pero me voy! Ya no doy más. Sentía que me iba a dar un infarto. 3 años de problemas gigantes sin parar. Necesitaba una parada técnica, un tiempo con mi familia grande. Quería un poco de normalidad, en Colombia, ¡ja!

ESC RUSIA ESC COL / Me fui rápido de Rusia el año pasado con mi esposa e hijo ya de casi 5 años. Quería también pararme a hacer stand up en Colombia. Era fan de cosas que veía en youtube, parecen más a lo que hablo yo acá. Un humor más fuerte, pesado, rápido y sin pelos en la lengua. A mitad de año 2022 llegué a Bogotá. “Bogotá TATATA! Te pueden matar, pero te diviertes un montón” Una de mis líneas funciona bien con los rusos, aquí era bien parecido en los noventa. Cuando llegamos, conseguí un show esa misma semana. 5 minutos, 300 personas en un sitio que parecía listo para una fiesta de espuma. Llegó Juan Peláez, tremendo host que me había invitado, me recibió bien. Primera parada en Colombia. Saqué 3 paradas de aplausos y risas fuertes criollas. “Qué nivel este público”, pensé. Quedé contento. Choqué las cinco, parce, selfie, se armó. Hasta vi un futuro cómico en Colombia si decidía quedarme.

Más shows buenos en Bogotá, unos flojos. Comenzaban tarde, el transporte complicadísimo, peligroso por la noche. “Toma tu tomate en la Candelaria. Si a la gente no le gusta lo tuyo, te tiran bolas rojas, simbólicamente. Menos mal no es literal con tomates”. El host Ibrahim Salem, uno de mis favoritos colombianos, me fue bien. No me tiraron las pelotas. Le vi futuro a mi comedia en Colombia. Hay que darle.

Fui host de Camila Dever en su show unipersonal, muy divertido. Otro tipo de audiencia más elegante, otro tipo de humor mucho menos callejero, más sexy, más chic, otro tipo de lenguaje más rebuscado. Dentro de la ciudad, el español cambia según la zona, super interesante. Así de rico es el Español. Fue mi último show en Bogotá. No conseguí los documentos para mi esposa e hijo a tiempo y me ofrecieron enseñar Capoeira y stand up en Grecia, todo pago, 5 estrellas. ¡Vámonos! Es hora de volver al otro lado del globo.

STAND UP en GRECIA / Este año es la tercera vez que voy a Grecia a enseñar Capoeira a adolescentes en un campo de Verano de familias muy adineradas pero también muy bien educadas. Le dije a la organizadora después de Bogotá: “Quiero enseñar un poco de stand up, además de Capoeira. Unos juegos de impro, un English comedy club”. “Listo”, me dijo Yhenia. “Te voy a pagar 1000 euros extra por eso”. ¿Qué? Pensaba hacerlo gratis, solo para no estar aburrido después de entrenar. ¡Joder! Ahora sí me toca preparar bien las clases. Hace un año fue difícil, no es fácil para los jóvenes llegar al punch line con los papás ahí al lado. Pero este verano fue mucho mejor. Los chicos crecen y van entendiendo cómo ser más chistosos y más interesantes. Volví a Moscú después de unas 3 o 4 horas de ejercicio diarios, medio sudado y medio bronceado.

LAS RUSAS / Mi primer fan de comedia me dijo: “Tú no me gustas, pero me gustan tus chistes”. Llevo casado con ella ya 11 años. Pero mi esposa sabe que miro para todos lados con disimulo. Son demasiado guapas las rusas, se visten bien, educadas, hablan varios idiomas, saben matemáticas, historia… Mirar y no tocar se llama respetar, me enseñaron en mi casa. Pero es un gran motivante ver a un angelito de estos reírse y un comentario de una semi diosa. “Ahí, qué chistoso”. No gano mucho dinero aún con la comedia. Tengo otros trabajos, pero hay pequeños tesoros escondidos por hacer reír a los rusos. Donde me invitaron, hay que traducir mucho. Cuando cambio el chiste de idioma, termina siendo totalmente diferente o hasta me mejora el original. Es buen ejercicio, sobre todo que aún no es muy lucrativo.

RT ENTREVISTA / Cuando llegué de Grecia me esperaba una entrevista en RT Rusia Today, un canal de noticias que está muy censurado ahora internacionalmente, controlado por el gobierno. Les dije que no me preguntaran nada de política. Hasta ahora lo han visto 18 mil personas de una docena de países. 30 minutos hablando de la evolución del Stand Up en Español aquí en Rusia. Fue bueno, pero estaba nervioso. Por alguna pregunta que pudiera meterme en problemas o no ser lo suficientemente entretenido. Con cuidado pero chistoso, como ahora el humor en Rusia. Un equilibrio raro.

Me presenté un par de veces en ruso ya por dinero. ¡Hasta 15 minutos duró! Mi ruso está aún precoz, pero los chistes ya probados en otros 3 idiomas: ¡poderosos! Mil errores en escena, cien risas, aplausos. Todos me motivan para que siga aprendiendo. Hasta amigos comediantes famosos me dejan pararme delante de 200 personas a probar. Dos cervezas y vamos. Sudor frío. Si mi hijo de 5 años me entiende, ¿por qué estos boludos no?

Y AHORA QUÉ? / ¿Qué sigue? La situación aquí no es fácil. Hay que tener cuidado con lo que se dice. Sirve mucho en los shows ahora el humor ruso para rusos de la vida cotidiana. La gente se concentra en lo que puede ver cada día en el metro o su trabajo. Los rusos son como hormigas. Trabajan y estudian mucho. ¡Y pues, toca hacer caso! En verano hay menos shows. Los parques aquí son increíbles. Muchos viajan. Hacemos fuerza para que todo se arregle, que vuelva la normalidad.

Quiero viajar con mi comedia para poder hablar más libremente. Escribo como si todos fueran a ver mi futuro especial en Netflix. Falta mucho para eso, pero paso por paso. ¿Humor para todos? ¡Qué difícil! ¡Intento! El regionalismo es una herramienta que se usa mucho, pero yo quiero dejar de sentirme seguro en escena. Sufrir más, no solo cuando hay mucha gente, sino otras culturas. La adicción a la adrenalina es una cosa difícil de entender. Desde que era niño, cuando íbamos de vacaciones al Vichada cada año, saltando de árboles al río donde nadan pirañas y caimanes, o paseando en la selva donde vive el jaguar… Hay que estar atento allá igual que en escena. Tener armas, buenos chistes.

Qué difícil hacer reír a los rusos, pero más difícil hacerme reír a mí mismo estando aquí en Rusia, sobre todo cuando se congela. Hay que joder la vida, así esté complicada. “Mamar gallo”, dice mi papá tolimense con alma llanera. O “tomar del pelo – No diga eso ni en chiste”, decía mi madre caleña que es más seria que el viejo. Hay que hacer reír si uno quiere ser comediante, reírse de las desgracias y dar las gracias al público. Y sí, la comedia Stand Up en Español existe en Rusia por culpa de la Capoeira afrobrasileña, un sancocho multicultural bien sabroso y diverso.

ESCRITO POR SERGIO GARCIA

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